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lunes, 9 de marzo de 2009

¿Dónde se guardan los residuos nucleares españoles?

Como de costumbre el diario "Público" se hace eco de noticias muy interesantes y bien documentadas sobre el mundo de la energía y el medio ambiente. Me ha llamado la atención que en la edición de hoy se incluya una noticia sobre la gestión que se hace de los residuos nucleares de las centrales españolas (Garoña, Zorita, Vandellós) en países extranjeros, concretamente en Francia y en el Reino Unido, lugares, sobre todo en el caso de Francia, donde hay mucha experiencia no sólo en almacenar residuos de alta intensidad, sino incluso en reutilizarlos para otros usos como la irradiación de alimentos, disminuyendo la cantidad de material peligrosos a almacenar.
Sin embargo, el método más extendido de "solucionar" el problema de los residuos nucleares es el de su almacenamiento en el subsuelo, previo su encapsulamiento en dos cilindros, uno interior de cobre y otro exterior de acero. Posteriormente se introducen en depósitos construidos al efecto a unos 500 metros de profundidad (p.e en depósitos salinos o antiguas minas de sal) en cilindros del tamaño de las cápsulas de Uranio, sellándolas con grandes cantidades de cemento. Esto es lo que se denominaría el "método finlandés", que es el que aparece en el gráfico que encabeza este "post". Actualmente en España no existe un "cementerio" de residuos nucleares de alta intensidad, salvo el cementerio para residuos de baja y media intensidad de "El Cabril" (Provincia de Córdoba) gestionado por ENRESA. La opción elegida por España y también, aunque parcialmente, por otros países es almacenar de forma temporal estos residuos en las propias "piscinas" de las centrales o en depósitos externos como se hace en la central de Trillo en Guadalajara. A su vez, España también ha optado por pagar a los entes gestores de Francia y Reino Unido para que nos almacenen los residuos que no nos caben aquí, aunque por un tiempo limitado ya que, en teoría, debería construirse un cementerio seguro y permanente para nuestros residuo en el territorio nacional.
Sin más, os dejo con el interesante artículo publicado por el Diario "Público":
El pasado 1 de enero expiró el plazo para el regreso de una parte de los residuos atómicos de alta actividad (los más peligrosos) que se custodian desde hace décadas en Sellafield (Reino Unido) y que proceden del reprocesamiento del combustible que utilizó la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en los años setenta. Según Enresa, la empresa pública que gestiona los residuos, son unos "pocos kilos" de uranio altamente radiactivo que debían haber vuelto ya a España, según el contrato firmado por Nuclenor, gestora de Garoña, y British Nuclear Fuels (BNFL), compañía que los custodia.
Sin embargo, la parte española ha logrado un aplazamiento de ese regreso y, según el Ministerio de Industria, se negocia que Inglaterra se quede el uranio de forma definitiva ya que en otros países ese material puede reutilizarse. En España, como recuerda el físico nuclear Manuel Ordóñez, esa opción es ilegal porque la utilización del combustible se rige por el llamado ciclo abierto (no se puede reciclar).
No retorno
Sellafield también custodia el combustible gastado por la central de Zorita (Guadalajara) antes de 1983, "cuyo contrato no contempla retorno alguno de residuos", según Enresa. BNL también almacena "pequeñas cantidades" de plutonio procedente del reprocesado de combustible de Garoña, que debe regresar en 2011. La cantidad total de material es secreta, aunque son menos de 100 kilos. Mantenerlo en Reino Unido cuesta de 200.000 a 300.000 euros al año, una cantidad que abonan los usuarios través de un porcentaje de la tarifa de la luz (la gestión de la basura generada a partir de 2005 la pagan las eléctricas).
El aplazamiento supone un alivio porque la construcción de un almacén para guardarla en España sigue paralizada
El aplazamiento del regreso de esa basura tóxica supone un alivio porque
la construcción de un almacén para guardarla en España sigue paralizada. A la espera de esa instalación, la mayoría de los residuos nucleares españoles están en las piscinas de las centrales, aunque una parte se custodia en el extranjero. El grueso no está en Inglaterra, sino en Francia, donde la entidad pública Cogema gestiona el combustible de la central Vandellós I, cerrada tras un incendio en 1989.
Son trece metros cúbicos de residuos de alta actividad y otros 666 metros cúbicos de desechos de media actividad que tienen que volver a España antes del 31 de diciembre de 2010. A partir de esa fecha, Cogema cobrará a España una multa que a diciembre de 2005 (último dato facilitado por Enresa), era de 58.847 euros diarios, es decir, 21,4 millones al año. La cifra final será aún mayor, ya que la multa se actualiza periódicamente.

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